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Cómo ayudan las bacterias intestinales a tu digestión

Sin nuestras bacterias intestinales, nuestro sistema digestivo sería menos eficaz y no podríamos digerir la mayoría de los componentes de los alimentos. El microbioma intestinal nos ayuda a convertir los alimentos que ingerimos en energía y nutrientes. En este artículo, puedes descubrir cómo estos diminutos ayudantes favorecen tu digestión.

El viaje del microbioma intestinal.

El viaje de las bacterias intestinales en el tracto gastrointestinal humano

Nuestras bacterias intestinales colonizan distintas partes del tracto gastrointestinal humano en diferentes densidades, encontrándose la mayoría en el intestino grueso (1). Empezando por el estómago, la densidad de bacterias residentes es de <103 UFC/ml (UFC = unidades formadoras de colonias). El intestino delgado consta de tres partes, el duodeno, el yeyuno y el íleon, cuya función principal es la digestión y absorción de alimentos y nutrientes. Como el entorno de las distintas partes del intestino delgado es diferente, la densidad y diversidad bacterianas también difieren. Al principio del intestino delgado, la densidad bacteriana está limitada por el oxígeno, el ácido biliar, las secreciones pancreáticas y las sustancias antimicrobianas. En el intestino vacío predominan las bacterias que toleran el oxígeno, los llamados aerobios. La densidad de bacterias en el íleon es ya de 109 UFC/ml.

El intestino grueso, que se divide en ciego y colon, se caracteriza por un paso más lento de los alimentos y un entorno sin oxígeno. Por ello, la absorción de agua y la fermentación de los alimentos no digeridos tienen lugar principalmente en el intestino grueso, donde la densidad bacteriana es de 1012 UFC/ml (2),(3). En el intestino grueso están representados principalmente los grupos bacterianos Bacteroidetes y Firmicutes.

Distribución de las bacterias intestinales en el tracto gastrointestinal
Bacterias intestinales en el tracto gastrointestinal (2)

La fibra, el alimento favorito de nuestras bacterias intestinales

Nuestras bacterias intestinales favorecen la digestión con sus enzimas específicas y permiten así la metabolización de los componentes complejos de los alimentos. Descomponen los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas en componentes más fácilmente digeribles que nuestro organismo puede absorber. En comparación con los hidratos de carbono complejos, las proteínas y las grasas se descomponen en menor medida. Las fibras y los hidratos de carbono no digeribles, como el almidón, los polisacáridos no amiláceos y los oligosacáridos, son descompuestos y fermentados en el intestino grueso por nuestras bacterias intestinales. Como estos polisacáridos difieren en sus estructuras, se necesitan diferentes enzimas. Cuanto más complejo es el polisacárido, más enzimas se necesitan para descomponerlo. Las bacterias metabolizan estos hidratos de carbono no digeribles en gases, ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y alcoholes (2).


Los ácidos grasos de cadena corta son metabolitos importantes que tienen diversas funciones y favorecen la salud. Los tres ácidos grasos de cadena corta más importantes son el acetato (60%), el butirato (15%) y el propionato (25%). El acetato sirve como proveedor de energía en el tejido adyacente y se utiliza para la síntesis de triglicéridos y colesterol en el hígado. El butirato es el proveedor de energía más importante para las células epiteliales intestinales (2),(4). El butirato también contribuye al equilibrio energético estimulando a las células endocrinas para que produzcan las hormonas peptídicas leptina y GLP-1. Estas hormonas peptídicas son importantes reguladoras de nuestras sensaciones de hambre y saciedad (5). Además, los ácidos grasos de cadena corta regulan el pH de la luz intestinal, favorecen la función de barrera de la mucosa intestinal y la función inmunitaria (6). Los estudios muestran una asociación entre una menor abundancia de bacterias productoras de AGCC o un potencial genómico reducido para la producción de AGCC con enfermedades como la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2, la cirrosis hepática, la enfermedad inflamatoria intestinal y la aterosclerosis (7).

Una dieta rica en fibra aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta beneficiosos para la salud

Las bacterias intestinales producen ácidos grasos de cadena corta saludables a partir de alimentos ricos en fibra

La salud intestinal y el rompecabezas de las proteínas

Hay varios factores que influyen en la cantidad de proteína alimentaria que descomponemos y en la cantidad que llega a nuestro microbioma intestinal. Los factores más importantes son la cantidad de proteína consumida por comida y la digestibilidad, que depende de la fuente proteica. Las proteínas no digeridas también son descompuestas por las bacterias intestinales en AGCC y otras moléculas como hidrógeno, amoníaco, colina y sulfuros. Algunas bacterias también están dotadas de enzimas específicas para este fin. Clostridium spp., Bacteroides spp. y Lactobacillus spp. tienen un amplio repertorio de diferentes enzimas para la degradación de proteínas (2). Además, el tipo de fuente proteica influye en la composición del microbioma intestinal. Las fuentes de proteínas animales y vegetales favorecen el crecimiento de bacterias diferentes. Las proteínas vegetales son más difíciles de digerir que las animales.

Por tanto, cabe esperar que una mayor proporción de proteínas vegetales llegue al intestino grueso, lo que provocaría una mayor fermentación de la proteína por parte de la microbiota. Esta fermentación se ha relacionado con algunas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el cáncer de colon y las enfermedades metabólicas. Sin embargo, varios estudios amplios demuestran que una mayor ingesta de proteínas vegetales tiene efectos positivos para la salud (8). Otros estudios muestran pruebas de que la interacción de la microbiota y las fuentes de proteínas animales puede tener efectos negativos para la salud. Por ejemplo, mediante la producción microbiana de trimetilamina a partir de la colina de la carne roja (8). Por lo tanto, la relación entre la fuente proteica de la dieta, las bacterias intestinales y los resultados sobre la salud aún no se conoce del todo.

Grasas saludables, microbioma feliz

Las grasas saludables también forman parte de una dieta equilibrada. Sólo una proporción muy pequeña de las grasas alimentarias -alrededor del 5%- llega al intestino grueso (9). La cantidad y el tipo de grasa dietética influyen en la composición del microbioma.
Una dieta rica en grasas provoca una disbiosis del microbioma intestinal y favorece la obesidad y la inflamación (2). El colesterol ingerido a través de los alimentos se descompone en ácido biliar en el hígado.

Las bacterias intestinales producen a su vez ácidos biliares secundarios a partir de los ácidos biliares primarios, que vuelven al hígado. El nivel de ácidos biliares secundarios es especialmente elevado en las personas que siguen una dieta rica en grasas. Esto se debe a que aumenta el grupo de bacterias responsables de la vía metabólica (10). Los ácidos grasos omega-3 son grasas saludables que tienen un efecto positivo sobre el eje intestino-cerebro, ya que modulan la producción de neurotransmisores importantes como la serotonina y la dopamina (11).


Nuestra microbiota intestinal interviene en muchas vías metabólicas complejas y posibilita muchos procesos que tienen lugar en el organismo a diario, como nuestra digestión. Sin nuestras bacterias intestinales, no podríamos utilizar muchos componentes de los alimentos. Por tanto, una dieta equilibrada influye positivamente en la diversidad y las funciones de tu microbioma intestinal.

Referenzen

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  • A. Adak and M. R. Khan, “An insight into gut microbiota and its functionalities,” Cellular and Molecular Life Sciences, vol. 76, no. 3, pp. 473–493, Feb. 2019.
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  • C. Martin-Gallausiaux, L. Marinelli, H. M. Blottière, P. Larraufie, and N. Lapaque, “Conference on diet and digestive disease symposium 2: Sensing and signalling of the gut environment: Scfa: Mechanisms and functional importance in the gut,” in Proceedings of the Nutrition Society, Cambridge University Press, Feb. 2021, pp. 37–49. doi: 10.1017/S0029665120006916.
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Deniz Inan MSc
Deniz Inan MSc
Biólogo molecular y gestor de proyectos
Como bióloga molecular, Deniz tiene una visión general de todas las relaciones biológicas moleculares en el ámbito del intestino, el microbioma y la salud intestinal. Su experiencia le permite transmitir relaciones complejas de forma comprensible y ofrecer valiosos conocimientos sobre la importancia de una flora intestinal sana.