Peso:

En primer lugar, tenemos que determinar qué peso se considera excesivo. Para ello, utilizamos como criterio el índice de masa corporal (IMC). El IMC se calcula mediante la relación entre el peso corporal y la estatura, y se expresa en kg/m². Tú mismo puedes calcular fácilmente tu IMC. Suponiendo que pesas 70 kg y mides 1,65 m, el cálculo es: 70 : (1,65 x 1,65) = 25,7 kg/m². Un IMC comprendido entre 18,5 y 25 kg/m² se considera un peso normal. Los valores inferiores indican bajo peso, mientras que los superiores se consideran sobrepeso. Un IMC superior a 30 kg/m² se denomina obesidad mórbida, también conocida como adiposidad u obesidad.

El principio del aumento y la pérdida de peso es sencillo: se consume más energía de la que se gasta y el exceso se almacena en forma de grasa corporal. A la inversa, el cuerpo recurre a las reservas de grasa cuando se reduce la ingesta de alimentos. Por tanto, una dieta sana y equilibrada y la actividad física son fundamentales.

El microbioma desempeña un papel importante en la salud y está implicado en el desarrollo de diversas enfermedades, como la diabetes, el síndrome del intestino irritable y la aterosclerosis. Las numerosas bacterias intestinales muestran comportamientos diferentes: Algunas favorecen la salud, mientras que otras pueden perjudicarla. Esto también se aplica al sobrepeso y la obesidad: ciertas bacterias parecen favorecer la obesidad, mientras que otras pueden tener un efecto protector.

Diversos estudios han demostrado que el microbioma de las personas con sobrepeso difiere significativamente del de las personas con peso normal. Las personas con sobrepeso tienden a tener un microbioma menos diverso, con un menor número de tipos diferentes de bacterias. Una elevada diversidad de bacterias es un indicador de un intestino sano. Además, en las personas con sobrepeso se han observado concentraciones más elevadas de determinados tipos de bacterias, como Actinobacter, Actinomyces, Lactobacillus y Eubacterium. Esto sugiere que estas bacterias podrían desempeñar un papel importante en el desarrollo de la obesidad. Sin embargo, sigue sin estar claro si la alteración del microbioma causa obesidad o viceversa. Sin embargo, es cierto que los individuos con un "microbioma de sobrepeso" tienden a engordar más fácilmente y pueden tener más dificultades para adelgazar.

El microbioma no sólo afecta al metabolismo, sino que también influye en otras numerosas funciones corporales. Los patrones del microbioma asociados al aumento de peso promueven la inflamación, sobreactivan el sistema inmunitario y alteran la tolerancia al azúcar, lo que puede favorecer enfermedades como la diabetes, el hígado graso, la hipertensión, la aterosclerosis y las enfermedades cardiovasculares. Esto sugiere que la obesidad y sus enfermedades asociadas están estrechamente relacionadas con el microbioma y que parte del problema puede residir en el intestino. Por tanto, cuidar el microbioma intestinal es crucial para el control del peso y la salud en general. Además de una dieta respetuosa con el intestino, esto también incluye el ejercicio regular y el control del estrés.

Una dieta equilibrada es crucial para un microbioma sano y una pérdida de peso eficaz. Debe ser rica en hidratos de carbono ricos en fibra procedentes de productos integrales, legumbres, verduras y fruta, así como en grasas saludables y suficientes proteínas.

Precisamente porque la nutrición desempeña un papel tan importante, con el Test del Microbioma Intestinal myBioma no sólo proporcionamos información sobre la composición microbiana de tu intestino, sino que también ofrecemos recomendaciones nutricionales personalizadas basadas en las necesidades individuales de tu microbioma intestinal. Esto te permite tomar medidas específicas para mejorar la composición de tu microbioma intestinal y optimizar tu peso al mismo tiempo.