So änderst du deine Ernährungsgewohnheiten – im Gespräch mit Psychologin Evelyn Obermaier - myBioma

Cómo cambiar tus hábitos alimentarios - en conversación con la psicóloga Evelyn Obermaier

Probablemente a todos nos ha pasado: nos hacemos propósitos firmes, como los de Año Nuevo en enero de comer sano, perder peso o hacer ejercicio. Empezamos motivados durante unos días, pero luego volvemos a bajar la guardia y retomamos nuestros viejos hábitos, a menudo poco saludables. Por eso hemos pedido consejo a un experto sobre por qué fracasamos tan a menudo y qué se necesita realmente para cambiar nuestros hábitos para siempre.

Querida Evelyn Obermaier, gracias por tomarte la molestia de responder a unas preguntas sobre el tema "(Cambiar) los hábitos alimentarios". Quizás podrías empezar presentándote brevemente:

¿Quién eres, a qué te dedicas?

Gerne. Trabajo como psicóloga clínica y sanitaria en mi propia consulta y acompaño a muchas personas en sesiones de asesoramiento individual, pero también en grupos como parte de la iniciativa "tut gut" de la Baja Austria "Vorsorge aktiv" en su camino hacia un estilo de vida más saludable. La nutrición ya era un tema muy apasionante para mí durante mis estudios, así que también estudié ciencias de la nutrición durante algunos semestres. Como cada vez tenía más trato profesional con dietistas, nutricionistas, fisioterapeutas, científicos del deporte y, por supuesto, médicos, ya no consideré necesario especializarme con la misma intensidad en ambos campos del conocimiento y preferí trabajar con estas profesiones.

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Casi estamos a finales de enero! Mucha gente se ha hecho propósitos, a menudo relacionados con la pérdida de peso y nuevos hábitos saludables.

¿Qué son los hábitos y por qué los necesitamos?

Los hábitos son nuestros compañeros prácticos en la vida cotidiana. Nos simplifican la vida al no tener que reinventarnos cada día. Podemos desarrollar una especie de rutina que nos permita levantarnos más rápido por la mañana y dormir hasta tarde. La rutina conocida es rápida y fácil, transmite seguridad, estabilidad y confianza y necesitamos menos energía.

Los nuevos procesos, en cambio, requieren más atención, energía y tiempo. Se dice que sólo la pregunta matutina: "¿Qué me voy a poner hoy?" ha ocupado muchos minutos preciosos y posiblemente incluso ha causado algo de estrés. Como el abanico de opciones se reduce con el estrés, suele ser una combinación lo que suele tener éxito 😉

Lo mismo ocurre con la cuestión del desayuno. Las nuevas variaciones requieren atención y planificación. En un día con un alto potencial de estrés y recursos de tiempo limitados, los patrones de comportamiento que ya se han probado y comprobado tenderán a ganar.

Propósitos de Año Nuevo: La mayoría de la gente quiere cambiar su dieta y hacer más ejercicio, pero es demasiado habitual que las buenas intenciones se tiren por la borda ya a mediados de enero.

¿Por qué fracasa tanta gente en sus propósitos?

Me temo que muchas personas a veces no están preparadas para tal empeño. Cambiar de hábitos" o "abandonar el hábito" significa implantar un nuevo proyecto en nuestro cerebro. Y toda nueva construcción requiere preparación, planificación y la provisión de recursos.

Si quieres acostumbrarte a algo nuevo, en esencia estás intentando aprender algo nuevo. En pocas palabras, tu cerebro tiene que reunir una especie de equipo de neuronas para poder realizar el nuevo comportamiento deseado.

Por ejemplo, si quieres aprender a arrancar un coche con embrague, en el cerebro se activa una cadena de reacción en la que una célula cerebral informa a todas las demás células cerebrales necesarias para esta acción. En otras palabras, se activa toda la red responsable de ello.

La primera vez que esto ocurre, es probable que sea un poco lento y accidentado, como sabemos por los procesos cotidianos de creación de equipos. Pero poco a poco, los miembros del equipo aprenden a coordinarse y a reaccionar entre sí cada vez más. La conexión entre ellos se hace cada vez más fuerte.

Esto puede visualizarse comparándolo con los primeros pasos a través de un maizal. Al principio, resulta tedioso tener que abrirse paso por un campo así. Pero si vuelves a recorrer este camino al día siguiente, es posible que reconozcas tu ruta del día anterior por pistas como unos cuantos tallos rotos. Si recorres este camino todos los días a partir de ahora, en el momento de la cosecha ya tendrás un camino trillado en este campo, que seguirás sin esfuerzo y sin pensar demasiado.

Y así es como se hace el camino en el campo.

Y así es como se forman los hábitos. A través de muchas, muchas repeticiones, se forma algo así como una "autopista en el cerebro". Abandonar de nuevo este camino trillado y reorientarse requiere fuerza, energía, concentración y requiere mucho tiempo. Todo el que se ha subido a un coche automático por primera vez en años ha experimentado esto. Dependiendo de tu nivel de experiencia, puede pasar distinto tiempo antes de que dejes de pisar el vacío con el pie izquierdo.

Para nosotros en myBioma, la salud empieza en el intestino y la base para ello está en la nutrición y en un estilo de vida saludable.

¿Cómo conseguimos realmente integrar hábitos de alimentación y estilo de vida saludables en nuestra vida diaria y mantenernos en la brecha?

Ciertamente hay que tener en cuenta muchos componentes y también depende mucho de la personalidad individual. Pero un punto muy importante es, sin duda, considerar conscientemente por qué y para qué queremos cambiar nuestros hábitos. Necesitamos una razón realmente buena para invertir nuestro tiempo, esfuerzo y energía en un cambio de vida así. ¡Un fuerte motor! ¡Un objetivo importante! Idealmente, ¡una necesidad sentida que pueda satisfacerse de este modo! Simplemente tiene que tener sentido personal embarcarse en este viaje.

La diversión -o mejor aún, el entusiasmo-, la motivación y las recompensas son compañeros importantes para mantener el comportamiento durante más tiempo o incluso para integrarlo completamente en nuestra vida cotidiana.

Los pasos hacia ello pueden incluir, por ejemplo, reflexionar conscientemente sobre tus propios valores personales. Con esto me refiero, entre otras cosas, a cuestionar conscientemente tu comportamiento personal a la hora de comprar. ¿En qué valores e ideas baso mis elecciones alimentarias? ¿Las ofertas determinan mi elección? ¿Presto atención a la regionalidad? ¿Valoro la calidad ecológica, etc.? Si un valor choca con mi intención, no será sostenible durante mucho tiempo.

En mi opinión, estos procesos de concienciación son un factor clave para integrarse con éxito en la vida cotidiana. Tomarte tiempo para ti y cuestionarte por qué haces algo y hasta qué punto lo priorizas.